Las canciones, como el título del disco original lo anuncia, se centran en el amor pero en diferentes estados. Pasan del romanticismo extremo (“Nada importa si bailamos”) al humor despechado (“Al principio el dinero era mi fin, te dejé comprar la casa con jardín, pero ya no puedo soportarte más cantando así”), sin perder el gran nivel lírico de Merritt. Incluso el cambio de algunos términos con guiños argentinos (North Carolina se convierte en Argentina, The lower east side en La Paternal y la sleeping pill en Rivotril) acercan aún más la poesía del autor norteamericano.
Pero el toque extra se lo da la gran interpretación de Alvy, Nacho y Rubin que, con una gran instrumentación (que incluye guitarras, violín, cello, mandolina, banjo, ukelele, acordeón y cajón peruano), generan en cada tema el clima perfecto, y en su conjunto, un muy buen disco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario