jueves, 27 de enero de 2011

"Temporada de conejos", de Martín Buscaglia

Otro músico que profesa su amor por el Polonio (y que le dedicó la mejor canción: "Trivial Polonio"), es el cantautor y multiintrumentista (conocido también como "hombre orquesta") uruguayo Martín Buscaglia, que el año pasado sacó "Temporada de conejos" junto a sus "Bochamakers".
En este, su quinto disco, Buscaglia sigue mostrando su versatilidad estilística, con canciones que pasan de la experimentación, tanto sonora como lingüistica, ("Jaula de motos", "Spam", "Cortocircuito"), a otras más folkies en las que aflora su gran capacidad compositiva ("Cortémonos la cara", "Diablo débil", "Fico fue a la montaña", "Ese será tu collar"). El Polonio vuelve a aparecer en "Blues del Carrito", con la participación del español Kiko Veneno, además de un auto homenaje a su proyecto Grupo Cantacuentos, con el que hace música para niños, en “Oda a mi bicicleta”, y el recuerdo al silencio de John Cage en “4’33’’”.
En esta invasión uruguaya, no silenciosa (tranquilo Hadad) sino musical, que está en pleno apogeo, Martín Buscaglia con “El evangelio según mi jardinero” se posicionó como uno de los exponentes más interesantes, y en “Temporada de conejos” lo revalida con creces.

viernes, 21 de enero de 2011

"Espíritu Salvaje", de Onda Vaga

Cualquiera que estuvo en Cabo Polonio sabe que hay una energía diferente. Onda Vaga, banda que se originó por esos pagos, supo canalizar esa energía y transformarla en música (desenchufada).
Luego del exitoso (e imperdible) "Fuerte y caliente", a fines de 2009 editaron "Espíritu Salvaje", en el que continúan explorando el formato acústico del primer disco, con la preponderancia de las cuerdas (guitarras varias, cuatro venezolano) y buenos arreglos de vientos y percusión, sumado al combo de ritmos contagiosos y letras pegadizas.
Es este gran nivel que tiene la banda a la hora de ejecutar cada uno de los diferentes ritmos (jazz, reggae, rumba, bolero, vals, etc) y los colores que brinda la participación de todos en las voces lo que le da a Onda Vaga un valor agregado y diferencial.
El que quiera comprobarlo puede escuchar el reggae "La pipa de la paz" (sí, habla del faso), la lisérgica "Así" (que viene de la época de Doris), la hermosa "Lolita" y "Cuestión de peso", como para tener un pequeño vistazo de la banda y sus virtudes, aunque se recomienda escuchar el disco completo (y, de ser posible, el primero también).
Como bonus track, para los guitarristas amateurs que quieran conocer la cocina de los temas, la banda subió los acordes a su página. Un disco (y una banda) perfecto para un fogón, aunque no sea anarco-peronista.

jueves, 20 de enero de 2011

"Cancionero para un fogón anarco-peronista", de Conjunto Falopa

Otro disco que se basa -mayoritariamente- en el humor irónico y cínico es "Cancionero para un fogón anarco-peronista", segunda placa de Conjunto Falopa, la banda liderada por Pablo Marchetti, director de la Revista Barcelona (referente en estos temas).

Al igual que en su primer disco (“Falopa”), la política, los ideales (e ideólogos), y algunos personajes, míticos y no, se unen de formas inesperadas para brindar una visión barcelonesca (y musicalizada, claro) de la realidad: El paso a paso de la clonación al Che Guevara, y la búsqueda de fondos para mantener la revolución con las ventas del merchandising en “Tu querida presencia”. La nueva banda de boqueteros formada por “los del tributo a Sabina” (“Joaquín, querido”), que deja la sensación de haber nacido para poder cantar a viva voz “son los reyes del choreo los del tributo a Sabina”. Una cumbia de amor al “erotismo mal planchado de entrecasa” (“Matelasse”). Un planeta en el que “ha triunfado el trotskismo”, aunque, para no diferenciarse del nuestro, “en muchas líneas internas cada tanto se dividen” (“Voz planetaria”). El “Filósofo de la tele” (personificado, entre otros, por González Oro y Feinmann) y su tolerante ideología que baja día a día. Con estos personajes (y algunos más), Conjunto Falopa vuelve a mostrar su gran capacidad para mezclar ironía, crítica social con buena música, y, de paso, seguir desnudando a la fauna argentina.

martes, 18 de enero de 2011

"Boris Vian", de Andy Chango

En la línea del disco "Alvy, Nacho y Rubin interpretan a Los Campos Magnéticos" está "Boris Vian", de Andy Chango. Luego de 6 años de silencio desde "Salam Alecum" (2002), Chango sacó en 2008 esta placa homenaje al multifacético (novelista, dramaturgo, poeta, músico de jazz, ingeniero y traductor) francés.

Para esto, Andy se junto con el poeta Luis Antonio de Villena y el músico Javier Krahe, y tradujeron y adaptaron al español 12 canciones, intentando no perder el cinismo y la ironía que caracterizan la obra de Vian. Borrachos, snobs, odontólogos fontaneros, misóginos y jugadores, entre otros, son los personajes que aparecen a lo largo del disco, y no había mejor intérprete para todos ellos que el autor de frases como "tengo que elegir entre millones de drogas, debo decidir si quiero una sola o quiero mezclar todas" ("Neuronas").

Pero los años de silencio parecen haberle venido bien al músico argentino, ya que "Boris Vian" muestra su mejor nivel musical. Con el piano al frente en todo el disco y arreglos de viento jazzeros, Chango se luce en cada estilo que aborda (jazz, blues, rock, milonga). Además, cuenta con la colaboración, como de costumbre, de sus grandes amigos, y mejores músicos, y a los que parece haberles elegido la canción que les encajaba exactamente: Ariel Rot aparece en la rockera "Rock 'n' rollmops", Andrés Calamaro, y su voz dejada, en el "Blues del dentista", Fito Páez le impregna su estilo a "Relaciones peligrosas" y el trompetista Norman Hogue en "The deserter", la única canción cantada en inglés del disco.

viernes, 14 de enero de 2011

“El perfume de la tempestad”, del Indio Solari

Pocos discos generan, sobre todo en la previa, la expectativa que genera la salida de un nuevo material del Indio Solari. Esto se debe tanto a su pasado como líder de una de las bandas más importantes (sino la más) del rock nacional, y el buen nivel de sus dos discos anteriores, como a su ostracismo extremo y el celo casi paranoico por su obra pre-edición (que llegó al extremo de que a días de su salida, en su clásica pasada por Cuál es?, mostrara solo la edición “casi final” de los temas).
En este caso, la espera (tres años desde “Porco Rex”) tuvo su premio. “El perfume de la tempestad”, tercer disco del Indio Solari y los fundamentalistas del aire acondicionado, vuelve a mostrar a un “Caballo loco” (su nuevo alter ego) inspirado. Como de costumbre, el nivel de las letras, con ese lenguaje propio, es uno de los puntos fuertes del disco, apoyado en la gran interpretación del Indio.
Pero también cabe destacar la dupla en guitarras de Gaspar Benegas y Baltazar Comotto, que adornan las canciones con sus riffs violentos, más cercanos al hard rock que a los melodiosos (y mucho más pegadizos) de Skay, y los arreglos de vientos utilizados en la medida exacta.

Con un sonido oscuro (y el arte acorde), “El perfume…” remite a los últimos años redondos, y sigue la línea de sus discos solistas. Nada nuevo. No es necesario.

jueves, 13 de enero de 2011

“Alvy, Nacho y Rubin interpretan a Los Campos Magnéticos”

Para este disco se juntaron Alvy (Alvy Singer), Nacho Rodríguez (Onda Vaga) y Sebastián Rubin (Rubin y los Subtitulados), tres representantes del indie nacional, seleccionaron 12 temas de la placa “69 love songs” de The Magnetic Fields, la banda liderada por Stephin Merritt, las tradujeron al castellano (con el visto bueno del autor) y las reinterpretaron a su manera.
Las canciones, como el título del disco original lo anuncia, se centran en el amor pero en diferentes estados. Pasan del romanticismo extremo (“Nada importa si bailamos”) al humor despechado (“Al principio el dinero era mi fin, te dejé comprar la casa con jardín, pero ya no puedo soportarte más cantando así”), sin perder el gran nivel lírico de Merritt. Incluso el cambio de algunos términos con guiños argentinos (North Carolina se convierte en Argentina, The lower east side en La Paternal y la sleeping pill en Rivotril) acercan aún más la poesía del autor norteamericano.
Pero el toque extra se lo da la gran interpretación de Alvy, Nacho y Rubin que, con una gran instrumentación (que incluye guitarras, violín, cello, mandolina, banjo, ukelele, acordeón y cajón peruano), generan en cada tema el clima perfecto, y en su conjunto, un muy buen disco.