¿Se puede volver a ver a Charly en un escenario y no emocionarse? ¿Es normal verlo sonreír y disfrutarlo como si fuera un viejo amigo que volvió de las peores? Los Refutadores de Leyendas dirán que no, que no es el mismo Charly, pero por suerte todavía quedan los Hombres Sensibles que sabrán valorarlo.
Charly se presentó en el Luna y volvió a demostrar porque es uno de los más grandes músicos que dio el rock nacional, o mejor dicho, uno de los que lo creó.
Con un show de casi tres horas y una lista impecable, recorrió toda su historia acompañado por su nueva banda formada por el trío chileno compuesto por Kiuge Hayashida en guitarra, Tonio Silva Peña en batería, Carlos González en bajo, junto a Fabián “Zorrito” von Quintiero en teclados, el “Negro” Carlos García López en guitarra e Hilda Lizarazu en voz y coros.
La apertura fue con la rockera “Demoliendo hoteles” que dio el pie para que pasaran grandes clásicos como “Promesas sobre el bidet”, “Cerca de la revolución”, “No soy un extraño”, en la que García fue elevado en un andamio, “Pasajera en trance” con dos chicas flotando por el cielo del Luna, “Yendo de la cama al living” y una gran versión de “Raros peinados nuevos”, entre algunos de los momentos destacables de una noche repleta de estos.
Como invitados estuvieron Fito Páez, con el que hicieron la hermosa “Desarma y sangra”, Pedro Aznar (“es Paul McCartney loco”) para hacer “Perro Andaluz” y “Seminare”, y Juanse en “Mr. Jones”.
Tras varios bices, Charly salió solo para despedirse, y tocó “Canción para mi muerte” dejando el final para que lo cante solo la gente mientras él se iba.
Alguna vez, con motivo del “regreso” en Vélez, Fito lo dijo: “Charly no vuelve, Charly siempre estuvo”. Como los dioses... pero de carne y hueso.
Foto Leo Vaca
Este es “Medicina de amor”, el tema nuevo que presentó en el Luna:
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