
En este, su quinto disco, Buscaglia sigue mostrando su versatilidad estilística, con canciones que pasan de la experimentación, tanto sonora como lingüistica, ("Jaula de motos", "Spam", "Cortocircuito"), a otras más folkies en las que aflora su gran capacidad compositiva ("Cortémonos la cara", "Diablo débil", "Fico fue a la montaña", "Ese será tu collar"). El Polonio vuelve a aparecer en "Blues del Carrito", con la participación del español Kiko Veneno, además de un auto homenaje a su proyecto Grupo Cantacuentos, con el que hace música para niños, en “Oda a mi bicicleta”, y el recuerdo al silencio de John Cage en “4’33’’”.
En esta invasión uruguaya, no silenciosa (tranquilo Hadad) sino musical, que está en pleno apogeo, Martín Buscaglia con “El evangelio según mi jardinero” se posicionó como uno de los exponentes más interesantes, y en “Temporada de conejos” lo revalida con creces.