Para darle un motivo más consistente (o intentar hacerla más interesante) a esta nueva etapa que comenzó en 2009 con aquel (conflictivo) show en Vélez, Viejas Locas lanzó a fines del año pasado "Contra la pared".
En este nuevo material, la banda vuelve al rock crudo/barrial que la caracterizó (salvo en el sorpresivo flamenco "Un frasco vació" con tintes sabineros), y Pity a desnudar sus vivencias en las letras, en el papel de compositor-protagonista de la banda sonora de su vida. Y dentro de este "volver a empezar" rescatan varias canciones anteriores a su disco debut ("Viejas Locas", 1996) que nunca fueron grabadas ("Ella no me quiere creer", "Roca y giro", "Tirado en la estación", "Guacho caracú").
A lo largo del disco, Viejas Locas muestra, en algunos (escasos) momentos, una madurez musical que le permite jugar (o rozar) con un sonido cercano a AC/DC ("Contra la pared"), pasar de los Rolling Stones a una especie de "Celebration" de Kool & The Gang ("Bailando en el infierno"), mezclar un rock puro con coros sesentosos y un estribillo con Vocoder de tintes reggaetoneros ("Ella no me quiere creer"), y hasta meter el famoso arpegio de "Rezo por vos" en una canción biográfica ("En problemas"). Pero en otros (la mayoría) vuelve a caer en un sonido monótono en el que pareciera auto plagiarse, y Pity, aquel poeta barrial que tiene grandes composiciones en su haber y que tiempo atrás supo convertir la simpleza en genialidad, esta vez no lo logra, y la simpleza queda en eso: simpleza pura.
En estos tiempos donde todas las grandes bandas recurren a sus grabaciones descartadas para sacar ediciones de lujo, a veces hay que recordar el por qué fueron dejadas de lados, y volver a cerrar el cajón.
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