El resultado fue “Confiá”, decimoquinto disco de estudio del rosarino. En este, Páez mezcla momentos geniales con simpleza lírica (salvando las enormes diferencias, ¿The Beatles no hacía algo similar?) y juega con esa doble personalidad que muestra desde la tapa del disco en la que se ve un Fito mirando fijo a un Fito mirándolo de reojo.
Y este desdoblamiento forma parte de todo el disco, tanto para él como para los personajes de sus canciones, como en “Confiá” (“Yo quisiera hablar pero lo que doy es un hombre viendo al norte solo y loco hacia el sur”) o en el funky-popero "M&M", en el que dos chicas demuestran “que las chicas buenas van al cielo, y las malas donde quieran”.
Entre los puntos altos del disco están “Lindo Mambo”, gran canción guitarrera; la melancólica “London Town” (“Yo no creo en volver a empezar. Lo que un día vi no lo veo más”); la rockera/gospel “La ley de la vida” (“Nos hicimos tantas cosas sucias sin razón y fue inevitable, nos rompimos el corazón”); aunque sin dudas la perla del disco es “Desaluz”(“Nadie se queda y al final nadie se va”)En una entrevista con Clarín, a días de que salga “Confía”, Fito dijo: “No me planteo ser original”. Y en el disco queda claro. Es puro Fito. “Si querés escuchá y cantá, y sino bancatelá...”
Video del corte "Tiempo al tiempo":
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