Fieles a su rito de un disco cada dos años ("Carnaval para tu desconsuelo" en 2003, "Orilla" en 2005, "Unicoysentido" en 2007, "Naturaleza revivir" en 2009), Pampa Yakuza acaba de editar "Singularmente". En este, la banda continúa ahondando en la variedad de ritmos de la que hicieron su estilo, con el rock y el reggae como línea principal, pero incorporando otros colores de la mano de carnavalitos, chacareras y candombe.
Ya los primeros acordes del disco ("Acertijos"), con el charango de Luciano Katz como apertura, es una muestra de la búsqueda constante de sonidos que caracteriza a la banda y de la heterogeneidad que le da la diversidad de voces. Incluso Katz, que ya había participado como compositor, en este se anima y se pone al frente unos minutos en "Alma en pena".
Dentro de esta variedad, y haciéndole honor a su pasado, Pampa incursiona en el ¿jazz?, ¿ska?, en "Mediotización", con su dura crítica a los medios ("mediatización, que idiotiza la razón. Llanura intelectual, stress express"), en la cumbia ("Que bien te va"), la chacarera ("Paisano del adoquín"), y el rock más cancionero, en la melancólica "Viejos conocidos".
Sin embargo, lo mejor aparecerá cuando el cantante, Hernán Saravia, se ponga introspectivo, y exorcice viejos (o no tanto) fantasmas en "Arlequines", unas de las gemas, no solo del disco sino de la historia de Pampa, que está musicalizada a la perfección, y que genera uno de los climas más intensos y oscuros del disco.
Con casi diez años de trayectoria, en este nuevo material, que cuenta con la producción de "Pepe" Céspedes y "Osky" Righi (Bersuit Vergarabat), Pampa Yakuza muestra una clara evolución en su sonido y se consolida como una de las bandas más importantes del under local.
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