Lo único bueno de que se separe una banda (sobre todo si te gusta) es la diversificación de proyectos que, en algunos casos, dan varios buenos frutos. Algo así ocurre con Oasis. Por una lado, todos los ex menos Noel armaron Beady Eye que sacó este año "Different Gear, Still Speeding", un interesante disco que mezcla rock de todas las épocas con el sonido de la banda madre, y que, claro, tiene el plus de contar con Liam al frente.
Ahora el que sale a la pista es quien se quedó afuera de dicho proyecto. El Gallagher conocido como la cabeza compositiva detrás de una de las grandes bandas inglesas (y del mundo) de los últimos años debuta con su "Noel Gallagher’s High Flying Birds" y regala uno de los mejores discos del año.
La libertad de esta nueva etapa parece haberle funcionado de maravillas a Noel, ya que mezclando temas nunca editados por Oasis ("Stop The Clocks", "(I Wanna Live A Dream In My) Record Machine") con grandes composiciones nuevas de esas que lo hicieron brillar en su anterior proyecto ("If I had a gun", "Aka...Broken Arrow", "(Stranded On) The Wrong Beach"), el mayor de los Gallagher reafirma por qué es considerado uno de los mejores compositores de la historia. Y encima, si bien ya había dado muestras, se destapa como un gran cantante (o al menos interprete). Claro que tiene una banda de apoyo que suena a la perfección y que se amolda perfectamente a la búsqueda sonora del ex Oasis.
Acorde a los que creen que la muerte es solamente un cambio de estado, Noel, en "The death of you and me", primer corte del disco, deja en claro cómo se toma este momento: "Forever we’d be free, free to spend our whole lives running from people who would be the death of you and me" o "Siempre vamos a ser libres, libres de pasar toda la vida escapando de personas que pueden ser nuestra muerte". Y dentro de esta nueva etapa, confirma todo lo que se pensaba/esperaba de él, y a pesar de estar bien acompañado, demuestra que lo único que necesita para seguir adelante es una guitarra.
Los medios pierden demasiado tiempo intentando demostrarse objetivos. Y nunca lo van a lograr.
viernes, 16 de diciembre de 2011
viernes, 2 de diciembre de 2011
"Hacer un puente", de La Franela
"Hacer un puente" es el segundo disco de La Franela, la banda liderada por Daniel "Piti" Fernández, ex guitarrista de Los Piojos. En este nuevo trabajo la banda sigue explorando el rock, mezclado con el ska y el reggae, con un sonido que recuerda a las últimas épocas de la ex banda de "Piti". Y las reminiscencias y menciones del pasado no se encuentran solo en el sonido sino que están presente en varias de las letras ("No me engañan nunca más (...) Lo siento mucho, solo quiero andar el camino sin mirar atrás"). Incluso "GPS", a pesar de estar dedicada a su hijo Antonio, pareciera remitir a "Micky" Rodríguez, ex compañero de Los Piojos, y sus nuevos pagos, y en el cierre se puede escuchar la última grabación de Gustavo "Tavo" Kupinski con su bandoneón.
A pesar de algunos cambios en la formación que grabó el primer disco (salió Chucky de Ipola y los teclados quedaron totalmente a cargo de Martín "Tucán" Bossa, que esta vez se anima también a componer, y Facundo Farías Gómez a cargo de la percusión en lugar de Diego Chávez), el sonido de la banda no parece haber sufrido alteraciones pero a la vez no ofrece mayores novedades. Encima la prosa de "Piti", quien supo escribir varios de los grandes clásicos de Los Piojos (se hace imposible no comparar), sorprende con momentos de simpleza extrema ("Pago el peaje, soy cero salvaje"), aunque como siempre deja algunos buenos pasajes.
Dentro de esto, los puntos más interesantes aparecen por el lado rockero, un rock cancionero, claro ("Lo nuevo", "Sirena" y "Las horas"), en su faceta más relajada ("Hacer un puente") o cuando se animan al ska irónico/crítico (es menester ver el video) en "Price for freedom".
"Hacer un puente" continúa la línea de "Después de ver", y deja en claro que La Franela nace de la necesidad de libertad de "Piti" (“En vez de murallas, alambrados, vallas, en vez de muros que separan, que excluyen, que expulsan: hacer un puente”). Y dentro de esta libertad, se los nota cómodos.
A pesar de algunos cambios en la formación que grabó el primer disco (salió Chucky de Ipola y los teclados quedaron totalmente a cargo de Martín "Tucán" Bossa, que esta vez se anima también a componer, y Facundo Farías Gómez a cargo de la percusión en lugar de Diego Chávez), el sonido de la banda no parece haber sufrido alteraciones pero a la vez no ofrece mayores novedades. Encima la prosa de "Piti", quien supo escribir varios de los grandes clásicos de Los Piojos (se hace imposible no comparar), sorprende con momentos de simpleza extrema ("Pago el peaje, soy cero salvaje"), aunque como siempre deja algunos buenos pasajes.
Dentro de esto, los puntos más interesantes aparecen por el lado rockero, un rock cancionero, claro ("Lo nuevo", "Sirena" y "Las horas"), en su faceta más relajada ("Hacer un puente") o cuando se animan al ska irónico/crítico (es menester ver el video) en "Price for freedom".
"Hacer un puente" continúa la línea de "Después de ver", y deja en claro que La Franela nace de la necesidad de libertad de "Piti" (“En vez de murallas, alambrados, vallas, en vez de muros que separan, que excluyen, que expulsan: hacer un puente”). Y dentro de esta libertad, se los nota cómodos.
Etiquetas:
crítica,
discos,
hacer un puente,
la franela,
música
Suscribirse a:
Entradas (Atom)