"I'm with you", es el nuevo disco de Red Hot Chili Peppers después de 5 años de silencio (sin editar en realidad), y tras una nueva salida de la banda del intermitente John Frusciante. En su lugar ingresó Josh Klinghoffer, un joven multiintrumentista amigo de Frusciante, que tiene en su haber participaciones con Gnarls Barkley, Beck y PJ Harvey, entre otros. Ya los primeros segundos del disco serán una distorsión de la guitarra de Klinghoffer como una bienvenida y presentación a la vez. Sin embargo, los que esperen encontrar a unos nuevo Peppers, que se vayan olvidando. De no ser por el impacto mediático (¿no será mucho?) que tuvo la salida de Frusciante, en lo que respecta al sonido, no hay mayores diferencias, al punto de que muchas de estas canciones se podrían poner en alguno de los últimos discos, y nadie sentiría que están fuera de contexto. Klinghoffer pareciera haber aprendido demasiado del ex guitarrista y (¿a pedido/orden de la banda?) lo pone todo en práctica.
Igualmente, esto no le quita mérito, ni hace menos interesante "I'm with you".
Hace años los Peppers encontraron su camino, y este disco se enmarca dentro del mismo, con la base del tándem asesino que forman Flea y Smith. Basta escuchar los primeros minutos de "Ethiopia" para ver como se entienden, o el final de la gema "Brendan's Death song", para notar como puede una batería tomar el protagonismo de una canción, donde lo importante no es pegar fuerte y mucho, sino lo justo y necesario. Todo esto adornado siempre con la voz de Anthony Kiedis, para el que parece no pasar el tiempo, y que se adapta a todo estilo.
Los puntos que le dan un toque distintivo a esta nueva etapa vendrán en los arreglos de pianos, a cargo de Flea y de Klinghoffer ("Police Station"), con Kiedis en un simil Eminem ("Even you, Brutus?"), con Flea en trompeta ("Did I let you know"), y con unos arreglos electrónicos en un cierre bailable que recuerda (made in Argentina) a las exploraciones babasonicas ("Factory of Faith"). Todo esto mezclado y, sobre todo, adaptado al sonido Peppers, hace que el disco tenga ciertos toques novedosos que, si bien no significan un renacer, demuestran que les quedan varios años de (buena) vida.
Los medios pierden demasiado tiempo intentando demostrarse objetivos. Y nunca lo van a lograr.
viernes, 23 de septiembre de 2011
viernes, 16 de septiembre de 2011
"La parte de los ángeles", de Iván Noble
En su nuevo disco, "La parte de los ángeles", Iván Noble se estrena en la siempre prolífica faceta del recién separado. Así, al papel del eterno perdedor que tanto le gusta personificar (un perdedor con más victorias que muchos campeones), y que tan bien le queda desde las épocas Caballeras, se le suman nuevas vetas relacionadas con esta etapa: el melancólico ("De un solo lado del colchón"), el nuevo soltero, con algunas dosis machistas ("Si supiera cual es mi vaso"), y el despechado ("El chico de los mandados"), entre otros. Estas nuevas personalidades hacen que el disco transite dentro de un clima nostálgico, con once historias contadas (y cantadas) en primera persona, en un tono confesional.
De esta manera, el ex Caballeros de la Quema sigue explorando el rock cancionero, más cercanos a sus dos primeras placas, con algunos toques funky/jazzeros, de la mano de Mariano Otero que en esta oportunidad, además de ser el productor (había participado en "Dicho y hecho"), se hace cargo de las guitarras.
El disco además cuenta con varios invitados entre los que se destacan Fito Páez en "Parte por parte", canción que parece hecha especialmente para el rosarino, con reminiscencias a su música, Javier Malosetti en "Cuentas claras", y Sebastián Wainraich, que se despacha con uno de sus monólogos en "Ella se muere".
En "La parte de los ángeles", Noble convierte una crisis ("Oportuncrisis", diría Homero) en arte, siempre apoyado en la sólida base que le dan sus letras (por primera vez en su etapa solista, las canciones son todas suyas), con esa mezcla de tanguero/bohemio/rockero/hedonista, y, a pesar de tener algunos puntos flojos, demuestra ser uno de los cantautores más interesantes de la actualidad.
De esta manera, el ex Caballeros de la Quema sigue explorando el rock cancionero, más cercanos a sus dos primeras placas, con algunos toques funky/jazzeros, de la mano de Mariano Otero que en esta oportunidad, además de ser el productor (había participado en "Dicho y hecho"), se hace cargo de las guitarras.
El disco además cuenta con varios invitados entre los que se destacan Fito Páez en "Parte por parte", canción que parece hecha especialmente para el rosarino, con reminiscencias a su música, Javier Malosetti en "Cuentas claras", y Sebastián Wainraich, que se despacha con uno de sus monólogos en "Ella se muere".
En "La parte de los ángeles", Noble convierte una crisis ("Oportuncrisis", diría Homero) en arte, siempre apoyado en la sólida base que le dan sus letras (por primera vez en su etapa solista, las canciones son todas suyas), con esa mezcla de tanguero/bohemio/rockero/hedonista, y, a pesar de tener algunos puntos flojos, demuestra ser uno de los cantautores más interesantes de la actualidad.
Etiquetas:
caballeros de la quema,
crítica,
discos,
iván noble,
la parte de los ángeles,
música
viernes, 9 de septiembre de 2011
"Non Stop", de Dancing Mood
Dancing Mood acaba de editar el disco triple "Non Stop", uno de los proyectos más ambiciosos dentro de la escena local en años (por supuesto siempre viene a la memoria Calamaro en estos casos). Este nuevo material está formado por 46 canciones con las que intentan hacer una reconstrucción histórica del legado Ska mundial, que va de las raíces jamaiquinas hasta las nuevas voces.
Para esto, la big band argentina, además de contar con la participación de la Orquesta Deluxe, que los acompaña desde hace algunos años, invitó a grandes figuras extranjeras y nacionales, de forma tal de hacer más real el recorrido.
Así, en el primero de estos tres discos aparecen, Pauline Black ("Briston & Miami"), cantante de The Selecter y estandarte del 2 Tone; Dennis Bovell ("Chose me"), quién además estuvo a cargo de seleccionar algunos cantantes para la lista de temas elegida por Hugo Lobo para el disco; y Rico Rodriguez, considerado uno de los trombonistas más importantes de Jamaica, y que acá pone voz y trombón para una versión del irrompible "Wonderfull world". También pasarán autores de la talla de Charlie Parker ("Au Privave"), Chuck Mangione ("Feel so good"), Mile Davis ("Four") y Bob Marley ("Do you remember"). Entre los créditos locales se destaca la participación de “Maikel” de Kapanga en el tema que le da nombre a la trilogía, y que es de autoría de Lobo, y de Flavio Cianciarulo, que pone su bajo en dos temas ("Do Nothing", "Bristol & Miami").
Si bien se dice que la suma de figuras no hace un equipo, sino recuerden aquel Boca de Carlos Salvador Bilardo o el Atlanta de Oscar Martínez, en esta ocasión dichas figuras están acompañadas por una banda con una calidad musical que además de recordarlos, hace que se luzcan. Y esto es solo el principio.
Para esto, la big band argentina, además de contar con la participación de la Orquesta Deluxe, que los acompaña desde hace algunos años, invitó a grandes figuras extranjeras y nacionales, de forma tal de hacer más real el recorrido.
Así, en el primero de estos tres discos aparecen, Pauline Black ("Briston & Miami"), cantante de The Selecter y estandarte del 2 Tone; Dennis Bovell ("Chose me"), quién además estuvo a cargo de seleccionar algunos cantantes para la lista de temas elegida por Hugo Lobo para el disco; y Rico Rodriguez, considerado uno de los trombonistas más importantes de Jamaica, y que acá pone voz y trombón para una versión del irrompible "Wonderfull world". También pasarán autores de la talla de Charlie Parker ("Au Privave"), Chuck Mangione ("Feel so good"), Mile Davis ("Four") y Bob Marley ("Do you remember"). Entre los créditos locales se destaca la participación de “Maikel” de Kapanga en el tema que le da nombre a la trilogía, y que es de autoría de Lobo, y de Flavio Cianciarulo, que pone su bajo en dos temas ("Do Nothing", "Bristol & Miami").
Si bien se dice que la suma de figuras no hace un equipo, sino recuerden aquel Boca de Carlos Salvador Bilardo o el Atlanta de Oscar Martínez, en esta ocasión dichas figuras están acompañadas por una banda con una calidad musical que además de recordarlos, hace que se luzcan. Y esto es solo el principio.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)