"Nueva ola" es el primer disco de Señor Flavio, el nuevo proyecto solista de Flavio Cianciarulo, bajista de Los Fabulosos Cadillacs, que, al igual que en Misterio, es acompañado por su hijo Astor en batería. Párrafo aparte (oración mejor) para el pequeño Cianciarulo (13 años) que, a su corta edad, muestra estar a la altura de la circunstancia.
El nombre del disco hace referencia al New wave, estilo derivado del punk con tintes reggae/ska que fue furor a fines de los '70 y los '80, y que Flavio intenta revitalizar con un sonido actual.
Pero a pesar de que las 12 canciones que componen "Nueva ola" transmiten un clima relajado y playero, bien a lo Cianciarulo, lo hacen dentro de una monotonía, y un combo de ritmos pegadizos y letras simples que no dejan que el disco despegue del todo. Incluso Flavio se hace cargo, sobre todo de las letras, en "Malos tiempos para las buenas canciones", uno de los mejores temas, en el que se pone (¿auto?) crítico de la música actual: "Malos tiempos para las buenas canciones, que ha pasado, nos hemos enfriado. Los bohemios andamos desangelados (...) Mucho poeta, tan poca poesía en el Facebook. Son malos tiempos".
Los momentos más interesantes llegarán de la mano (o la voz) de los invitados que le brindan un color diferente con sus interpretaciones: Wallas (Massacre) en "Olas", Manuel Quieto (Mancha de Rolando) en "Doctor" y Guillermo Bonetto (Los Cafres) en "Dulce Babalú", donde se luce en un registro muy distinto al acostumbrado.
Los medios pierden demasiado tiempo intentando demostrarse objetivos. Y nunca lo van a lograr.
miércoles, 29 de junio de 2011
miércoles, 15 de junio de 2011
"A propósito", de Babasonicos
Hay un eterno debate entre los seguidores y críticos de música al escuchar un disco nuevo de una banda con alguna trayectoria. Si en las nuevas canciones reconocen algún sonido similar a lo anterior, saldrán rápidamente indignados a vapulearla al grito de "siempre lo mismo". Por otro lado, si la banda explora otros caminos, ritmos o un acorde diferente a lo acostumbrado, ahí ya la cosa se pondrá más brava, y le saltarán al cuello enojados, esgrimiendo que "se vendieron, que cambiaron, caretas", y epítetos similares (es cierto que algunas parecieran haberlo hecho, pero eso es para otro artículo o para una hermosa discusión a altas horas de la madrugada)
Babasonicos, en sus más de 20 años de carrera, hizo caso omiso a estos debates, y se dedicó a hacer lo que quería; Cambiar o seguir el mismo camino, siempre acorde a su antojo.
"A propósito", su nuevo trabajo, sigue en la línea de sus discos post "Jessico" con esa mezcla de pop cancionero/bailable/glamoroso con algunos rastros rockeros.
En esta contexto, el rock (rock a lo Babasonicos, claro) se hace presente en "Fiesta popular", que con su ritmo y letra plagada de ironía dargeliana ("Chicas ricas, no le tengan miedo, esto es solo una fiesta popular") se perfila como posible hit. También el pop más electrónico aparecerá en canciones que mutan en sí mismas de forma casi hipnótica ("Tormento", "Muñeco de Haití").
Sin embargo, lo mejor vendrá cuando la voz de Dárgelos tome la posta, se funda con la melodía y, apoyada en su prosa, en algunos casos genial ("Pon un precio a tus anhelos y buscame hacia el final de la noche por un rio de escotes con la lágrima cruda comprendiendo lo que nos faltó decir"), en otros más simple ("Quiero que te saques la ropa y que sigas siendo mala en pelotas porque sí"), generen los momentos más intensos del disco ("Flora y fauno", "En Privado", "Barranca abajo", "Chisme de zorro")
A pesar de que ya no cuentan con el factor sorpresa de sus primeras épocas, Babasonicos sigue firme en su camino de exploración (o de re-exploración) del que hizo un estilo, y, novedoso o no, lo hace con un gran nivel.
Babasonicos, en sus más de 20 años de carrera, hizo caso omiso a estos debates, y se dedicó a hacer lo que quería; Cambiar o seguir el mismo camino, siempre acorde a su antojo.
"A propósito", su nuevo trabajo, sigue en la línea de sus discos post "Jessico" con esa mezcla de pop cancionero/bailable/glamoroso con algunos rastros rockeros.
En esta contexto, el rock (rock a lo Babasonicos, claro) se hace presente en "Fiesta popular", que con su ritmo y letra plagada de ironía dargeliana ("Chicas ricas, no le tengan miedo, esto es solo una fiesta popular") se perfila como posible hit. También el pop más electrónico aparecerá en canciones que mutan en sí mismas de forma casi hipnótica ("Tormento", "Muñeco de Haití").
Sin embargo, lo mejor vendrá cuando la voz de Dárgelos tome la posta, se funda con la melodía y, apoyada en su prosa, en algunos casos genial ("Pon un precio a tus anhelos y buscame hacia el final de la noche por un rio de escotes con la lágrima cruda comprendiendo lo que nos faltó decir"), en otros más simple ("Quiero que te saques la ropa y que sigas siendo mala en pelotas porque sí"), generen los momentos más intensos del disco ("Flora y fauno", "En Privado", "Barranca abajo", "Chisme de zorro")
A pesar de que ya no cuentan con el factor sorpresa de sus primeras épocas, Babasonicos sigue firme en su camino de exploración (o de re-exploración) del que hizo un estilo, y, novedoso o no, lo hace con un gran nivel.
Etiquetas:
a proposito,
babasonicos,
crítica,
discos,
música
viernes, 3 de junio de 2011
"Let them talk", de Hugh Laurie
La incursión de ciertas personalidades en una disciplina diferente a la cual los hizo conocido genera casi siempre algunos resquemores y prejuicios. Estos se ven acrecentados cuando el paso es de cualquier actividad hacia la música (casi siempre al canto). A decir verdad, la fauna local no ayuda mucho. Con solo recordar los casos emblemáticos de Nicole Neumann, Ileana Calabró y Belén Franchese, uno ni lo intentaría. Es verdad que estos son los más llamativos (y no de la mejor manera), pero ayudan a la contraposición.
En este caso, el que se animó al paso fue Hugh Laurie, más conocido como el satánico Doctor House. Laurie, actor, escritor ("The gun seller", 1996) y comediante, ya había participado como tecladista en Band From TV, un grupo de rock formado completamente por actores de series norteamericanas entre los que se encuentran Jesse Gordon Spencer (Dr. Robert Chase en Dr. House), Gregory Phillip Grunberg (Matt Parkman en Héroes), y Adrian Pasdar (Nathan Petrelli en Héroes). También había mostrado sus dotes musicales en algunos capítulos de la serie que lo hizo conocido.
Pero en "Let them talk", su disco debut, Laurie homenajea al blues de New Orleans, y para los que les (nos) quedaba alguna duda, lo hace más que bien. Basta escuchar, luego de una gran introducción, la explosión de la voz del Dr. House en una hermosa versión de "St. James Infirmary" para convencerse de lo bien que encaja en el estilo. Y ya que las luces del disco caerán más que nada en él, cabe destacar que no solo canta bien, sino que además toca el piano y la guitarra. Claro que cuenta con el respaldo de una banda de sesionistas que suenan a la perfección, y que dejan todo sembrado para que se luzca.
De esta manera pasarán Louis Armstrong, Lead Belly, Ray Charles y James Booker, entre otros. Una buena selección de clásicos que, al venir de una voz conocida, puede funcionar como una puerta de entrada para los que no son tan amantes del blues o como una mirada diferente para los viejos bluseros.
Acorde a su personalidad/personaje irónico, Laurie dijo acerca de su disco y su nueva faceta: “No comprás pescado en el dentista o le pedís al plomero consejo financiero, entonces ¿por qué escuchar a un actor que canta? La respuesta es: No hay respuesta. Si te importan el origen, la procedencia y la genealogía, entonces deberías buscar en otro lado, no tengo nada para ofrecerte, nada que te interese". No le presten atención. Vale la pena escucharlo.
En este caso, el que se animó al paso fue Hugh Laurie, más conocido como el satánico Doctor House. Laurie, actor, escritor ("The gun seller", 1996) y comediante, ya había participado como tecladista en Band From TV, un grupo de rock formado completamente por actores de series norteamericanas entre los que se encuentran Jesse Gordon Spencer (Dr. Robert Chase en Dr. House), Gregory Phillip Grunberg (Matt Parkman en Héroes), y Adrian Pasdar (Nathan Petrelli en Héroes). También había mostrado sus dotes musicales en algunos capítulos de la serie que lo hizo conocido.
Pero en "Let them talk", su disco debut, Laurie homenajea al blues de New Orleans, y para los que les (nos) quedaba alguna duda, lo hace más que bien. Basta escuchar, luego de una gran introducción, la explosión de la voz del Dr. House en una hermosa versión de "St. James Infirmary" para convencerse de lo bien que encaja en el estilo. Y ya que las luces del disco caerán más que nada en él, cabe destacar que no solo canta bien, sino que además toca el piano y la guitarra. Claro que cuenta con el respaldo de una banda de sesionistas que suenan a la perfección, y que dejan todo sembrado para que se luzca.
De esta manera pasarán Louis Armstrong, Lead Belly, Ray Charles y James Booker, entre otros. Una buena selección de clásicos que, al venir de una voz conocida, puede funcionar como una puerta de entrada para los que no son tan amantes del blues o como una mirada diferente para los viejos bluseros.
Acorde a su personalidad/personaje irónico, Laurie dijo acerca de su disco y su nueva faceta: “No comprás pescado en el dentista o le pedís al plomero consejo financiero, entonces ¿por qué escuchar a un actor que canta? La respuesta es: No hay respuesta. Si te importan el origen, la procedencia y la genealogía, entonces deberías buscar en otro lado, no tengo nada para ofrecerte, nada que te interese". No le presten atención. Vale la pena escucharlo.
Etiquetas:
crítica,
discos,
dr house,
hugh laurie,
let them talk,
música
Suscribirse a:
Entradas (Atom)